Mis Confesiones

Me gusta perderme en internet y encontrar bloggers de personas enamoradas, naturalmente peotas, inteligentemente vulnerables.
Me gusta hablar de amor, de sentimientos, me gusta estar enamorada.
No me gustan los finales, ni las despedidas.
Me gusta cuando regresas, cuando contamos las horas como si fueran eternos dias sin vernos, no me gusta cuando te enfadas, cuando crees que de veras algo me molesta.
Me gusta hacerte creer que estoy bien, que todo está bien, que no duele.
Me gusta tu voz retumbando por los pasillos entre oficinas y ordenadores.
Me obsesiona la paz y el olor de tu respiración.
Me gusta tu mirada condicionada a lo que siento, a lo que pienso...aun sin decirte de que se trata.
No me gusta creer que alguien me roba las esperanzas, que me arrebatan los deseos de creer, de tener fe, de planificar, de imaginar, de soñar.
Me gusta la realidad de mi sueño, no me gusta la de cuando despierto.
No me gusta el 3 cuando somos dos.
Me gusta la manito de mi hija cuando buscándome a mi te encuentra a ti...tu instinto paternal.
Me gusta creer que no puedo... para que me enseñes.
Me gustan tus explicaciones de profesor de cualquier cosa.
No me gusta que no me escribas porque alguien se ha quedado con todas la letras de tu alma, porque se perdió el sentido de plasmar lo que sientes, porque no tienes tiempo y se te acaba.
Me gusta enlazarte los pies por debajo de la mesa.
No me gusta ser fuerte cuando me veo en tus ojos desbordados.
Me encanta tu dulzura, la ternura, la sensibilidad...
Me gusta cuando decimos lo mismo y al mismo tiempo,
cuando pensando coincidimos y la sonrisa en los labios y el brillo en la mirada nos delata.
No me gusta cuando no eres mio, cuando disimulas y casi desesperas.
Me gusta que te aferres a lugares de mi cuerpo, que explores con certeza esos puntos estratégicos y te deleites con la esencia que emana desde dentro.
Detesto tu ausencia imaginada.
Me gusta el roce, tus manos...tocarte.
Me gustas...