Me levanto, aún a oscuras, para llevar a arreglar unas ruedas del auto, que sigue roto, Y al regreso, cuando ya ha brotado el hermoso y cálido día, Te asomas a la ventana que da al pasillo de afuera, y me sonríes con tus ojos achinados del amanecer. Poco después, a punto de marcharme para ir a revisar unos papeles, Te veo cargando cubos con nuestras hijas, Porque hace varios días que no entra agua, y estamos sacando en cubos la poca que haya en la cisterna del edificio. Y aunque tengo ya puesta la guayabera de las reuniones, y en una mano la maleta negra que no debo soltar, Ayudo algo, con la otra mano, mientras llega el jeep colorado. Que demora poco, y al cabo me arrastra de allí: tú me dices adiós con la mano. Tú me decías adiós con la mano desde este mismo edificio, Pero no desde este mismo apartamento; Entonces, hace más de veinte años, no podíamos tener uno tan grande como éste de los bajos. El nuestro era pequeño, y desde aquel balcón que no daba a ...
Comentarios
no diga más palabras que no sean,
aquellas que parezcan atrevidas,
poco me importa si son las obscenas,
a fin de cuentas yo no soy un ángel
y eso no va a quitarte que lo seas,
al menos en mi cielo y en mi mundo,
al menos en mis noches sin estrellas
Di todo lo que simplemente sientas
y olvida ese maldito mundo fuera.